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Un Decálogo DESpolarizador

Por Santiago Sanchez (RedprodePaz)
Extraído de: http://www.las2orillas.co/decalogo-para-evitar-la-polarizacion-politica/

  • No caiga en universalismos: evite el espacio cómodo del “todos los tal son tales”. Expresiones como ‘los de izquierda/derecha’, los ‘ricos/pobres’, los ‘venezolanos, los gringos’, incluyen tanto que son supremamente imprecisas. Recuerde la molesta que le causa cuando alguna vez le han preguntado: “oh, ¡colombiano! ¿tú tener un poko de coca-y-na?”
  • Acepte que se trata de opiniones: con la misma vehemencia que defiende su derecho a manifestar sus opiniones también podría hacerlo para que sea posible el derecho de los demás a hacerlo, esté en contra o a favor. Reconozca que no se trata de verdades, que su verdad no es más verdad que la del otro, y que son opiniones en pulso, y es en el debate público en donde se refuerzan o se reconstruyen.
  • Acuérdese que buscamos la inteligencia colectiva: reconozca que es entre todos que tenemos que construir esto, que la verdad de uno (la suya o la mía) nunca será mejor que la construyamos entre todos. Que todos tenemos que caber, y caber bien.
  • Mantenerse en su posición a toda costa no lo hace más inteligente: por el contrario, delata su egolatría. No por ser más perseverante tiene más razón. Aceptemos que los cambios no los consigue una sola persona.
  • Evite el adjetivo peyorativo y la descalificación fácil: conceptos como ‘narcoterroristas’, ‘castrochavismo’, ‘secuaces’, ‘mamertos’, por un lado, o ‘burgueses’, ‘oligarcas’, ‘paracos’, ‘delfines’, ‘neoliberales’, por otro, son manifestaciones de su comunión con el dogma, su falta de respeto por el otro, y de su prejuicio. Igualmente, evite hacer acusaciones sin fundamentos o denuncias sin pruebas. Y si tiene las pruebas, empiece por ahí.
  • Infórmese: echarle la culpa al gobierno, a las insurgencias, a los medios de comunicación, ya no le sirve. A estas alturas, el que se quiere informar, se informa, con casi todas las fuentes que quiera. Escuche (o lea) lo que dicen los otros, a los que confronta. Nadie le está pidiendo que se pase al otro lado.
  • No se quede en las dicotomías, reconozca la diversidad: las fórmulas binarias izquierda/derecha, amigo/enemigo, buenos/malos, legal/ilegal, son antítesis reduccionistas. La realidad es mucho más compleja, piénsela, y no esté a la defensiva. Habrá puntos de encuentro y otros de desencuentro, y si le pone atención, verá que son muchos más lo que coinciden.
  • Diferencie entre un gobierno (y un gobernante) y una política pública: no se preocupe, usted puede estar a favor de alguna acción de un gobernante, sin estar de acuerdo con el gobierno en general. Igualmente puede estar de acuerdo con algún postulado de un grupo al tiempo que denigra de sus formas de acción. Y no por haber votado a un candidato lo tiene que defender como fiel escudero, en todas sus acciones hasta el final.
  • Mantenga el debate: no huya, no abandone, no desista (menos si usted propuso el debate). No se quede en la zona de confort, donde todos quienes lo rodean le aplauden y le dan palmaditas en la espalda; no sea cómodo. No se deje excluir ni marginar; no excluya ni margine. No le tenga miedo a los conceptos ni a los tecnicismos. Si no entiende, pregunte, y si le preguntan, aclare. Nadie se las sabe todas.
  • Mantenga la calma: sobre todas las cosas, mantenga la calma. El insulto, la grosería, levantar la voz, interrumpir al otro, marcharse, no resuelve nada. Si se queda incómodo, o es porque no dijo lo que quería decir, o porque lo dijo mal, o porque no quiso aceptar al otro. Fresco, deje abierta la posibilidad de un segundo round. Eso es vivir en democracia.